jueves, 7 de abril de 2016

Welcome Refugees



A veces me pregunto si el poder puede modificar genéticamente a las personas. 
Cuanto más escalones ascienden más ligeros avanzan de equipaje. Parece ser que el precio por el que se vende el dinero es tan escandalosamente alto que todos quieren pagarlo para sentirse especiales. Únicos. Elegidos.
Cuanto más mejor. Cuanto menos, más invisible te vuelves.
Me pregunto donde quedó la memoria de este continente, ¿Qué continente expulsó masivamente oleadas de emigrantes durante duras crisis como en el siglo XIX o XX? Y ahora cierra las puertas a quienes huyen del horror de una guerra que ha dejado ciudades cadáver y cientos de miles de muertos. ¿Donde está la humanidad del ser humano? ¿Como podemos sentarnos en la mesa a comer y dormir tranquilos cuando en las fronteras del continente mueren miles de personas que buscan simplemente un lugar donde salvar a sus familias?

¿Y la excusa es que no hay sitio?¿Qué llegarán terroristas entre ellos? Por dios, si son familias enteras a las que obligamos a vivir en campamentos que semejan campos de concentración. Los países se lanzan la pelota y se deshacen en palabras huecas que no hacen más que alargar esta tortura. 
Yo no puedo dormir sin pensar en ellos, no puedo entender si es que realmente existe la señora Humanidad, o simplemente fue una leyenda que se contó de generación en generación a la espera de que el ser humano la conociera. 
No puedo encender el televisor, no puedo escuchar la radio, ni leer el periódico, me duele cada palabra que escucho por que al parecer hoy todo es negro y nos ha tocado crecer en un momento en el cual el péndulo avanza cara el desastre.